Pinceladas bolivianas

Bolivia es uno de los destinos más desconocidos de Sudamérica y, aunque el turismo crece tímidamente año a año, lo cierto es que se trata de uno de los países menos visitados de su área geográfica. Sin embargo, a la belleza de sus recursos naturales -una de las razones que anima al visitante a recorrerlo- hay que añadir la existencia de 300 sitios arqueológicos, además de iglesias coloniales y misiones jesuíticas del siglo XVIII declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, así como de ciudades coloniales, como Sucre y Potosí, que también ostentan el título de Patrimonio de la Humanidad.

Sin salida al mar desde 1880 y con una extensión territorial de 1.098.581  km², Bolivia presume de tener la capital más alta del mundo, el aeropuerto más alto del mundo y el lago navegable de mayor altitud, por lo que también es conocida como el «Tibet de las Américas». Es la nación indígena por excelencia de todo el continente americano, ya que más de la mitad de la población lo es y la mayoría habla quechua o aimara como primera lengua. Es también una de las repúblicas latinoaméricanas menos densamente pobladas.
Las principales ciudades son La Paz, sede del Gobierno y capital; Santa Cruz, la capital de los llanos de Oriente, y Cochabamba, famosa por su clima suave y templado y por la fertilidad de los valles que la rodean. Sucre es la capital constitucional y la sede del poder judicial de la República, y Oruro, ciudad minera a más de 3.000 metros de altitud, está considerada la capital del folclore boliviano por el imponente espectáculo de su Carnaval, declarado por la Unesco Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.Tesoros de la época colonial, culturas indígenas que desafían el paso de los siglos y vestigios de misteriosas y antiguas civilizaciones esperan al viajero en este país seguro y apacible que enriquece sus paisajes y bellezas naturales con la gran diversidad de sus costumbres y culturas.

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